"SAN PEDRO REGALADO"
PATRONO DE LOS TOREROS
POR FRANCISCO GUERRERO
Es conocido desde antiguo el especial fervor religioso que existe en el mundo taurino. Es raro que haya alguna Dolorosa de Semana Santa que no posea una saya realizada gracias a la donación de un traje de luces por parte de un torero. Lo primero que realizan los toreros al llegar a la plaza, es visitar la Capilla así como lo último que normalmente han realizado al dejar la habitación del Hotel es rezar ante la capillita que casi todos ellos llevan. Estando en la plaza, es normal ver en el interior de muchas monteras, estampas de algún Cristo o Virgen,
entiendo que dado a lo que se van a enfrentar, intentan tener a su lado a la mejor cuadrilla posible, la celestial.
Quizás debido a las prohibiciones que la Iglesia mantuvo contra los toros, no es hasta hace poco más de 60 años que esta bendita locura, más que profesión, no tuviera un Santo Protector como el resto de las profesiones. En el año 1952, el Sindicato de Toreros, mostró su deseo de contar con un Santo Patrón; no he logrado averiguar cuáles fueron los Santos seleccionados y solamente he conseguido averiguar quiénes fueron los “finalistas” de esta elección: San Pedro Regalado (1390 1456) y San Juan de Sahagún (1419-1479) un franciscano de Valladolid y un Agustino de León.
San Pedro Regalado, el que finalmente se alzó con el patronazgo, entró en la Orden Franciscana desde muy joven llevando una vida de extrema pobreza y siendo uno de los reformadores de la Orden; se le atribuyen varios hecho milagrosos y ciñéndonos al tema taurino, se cuenta que en un viaje se encontró a la salida de una localidad con un toro que enfurecido se había escapado de la plaza El Santo al verlo venir le extendió la mano y el animal quedó tranquilo mientras el Santo lo curaba y tras hacerlo, le dijo: vete a tu lugar y no hagas mal a nadie, haciéndolo así el morlaco. No quiero dejar de referir otro hecho que le atribuyen a Pedro, quien una vez había fallecido y le iban a enterrar, pasó el cortejo al lado de un menesteroso que pedía limosna, y saliendo del féretro la mano de nuestro Santo, le entregó una moneda.
En la actualidad, la ciudad de Valladolid, lo tiene como Patrón y en su honor se realizan las fiestas de la capital pucelana; Era tradicional que antes del comienzo de la temporada taurina, los diestros y subalternos, realizaran un acto en su capilla y se procediera a la bendición de los trastos de torear. Dicha costumbre, había caído en desuso hasta que en el año actual, algunos diestros han realizado dicho acto con la intención de revitalizar la costumbre.
El otro protagonista de estas líneas, es el leones San Juan de Sahagún, sacerdote Agustino cuyo hecho milagroso en el mundo taurino se produjo en su ciudad de residencia, Salamanca, donde paseando por una calle empinada, se encontró de frente con una res enfurecida que iba a atacarlo; Juan se dirigió al toro gritándole “Tente necio” lo cual realizó el burel.
Aún hoy en día, en la capital castellana existe la calle que lleva tan curioso nombre; Yo por si acaso en el próximo tentadero me encomendaré a ambos así como a la Santa Mujer “Verónica” para que ellos me amparen y élla me permita dar algún lance sin apreturas.