Por Francisco Gallardo
Rapto de Europa. Escultura de Oscar Alvariño. Punta del Este, Uruguay
Ningún espectáculo se nos presenta hoy en día
con tanta presencia simbólica, ritual, ancestral y mitológica, casi fantástica
como es la corrida de toros. Queremos en primer lugar agradecer el trabajo
efectuado por el profesor Julian Pitt-Rivers, fundador de los estudios
antropológico en la Universidad de Oxford y todo el equipo de científicos que
profundizaron en el concepto sacrificial de la corrida en el Collége de Sociologie
o al Musée de l´Homme de París.
La confluencia del hombre y el
toro como expresión de una necesidad espiritual que gira alrededor del
sacrificio de este, data desde los
mismos orígenes de la sociedades humanas en el mediterráneo.
Fresco de la Creta Minoica
El hecho transciende cuando pasa de ser animal
de caza, ser animal utilitario, a acto cultural, matar al toro deja de ser una necesidad. Es
cuando “el mito se convierte en rito, el enfrentamiento en sacrificio y la
amenaza externa, en gloria íntima”.
Estela de Clunia, algo más que una escena de caza
Ya no es un trofeo ni un triunfo cinegético.
Es una creación de la cultura humana. Un triunfo del hombre, en este aspecto el
poliseísmo simbólico es muy amplio. Hoy hablaremos del concepto sacrificial
humano, ya felizmente desaparecido.

El toro simboliza la capacidad genésica
de la naturaleza salvaje y destructora. Ya desde la mitología se atestigua de
ello: en la creación de Europa, con un Zeus raptor o el sacrificio periódico de
donceles y doncellas que exigía el
Minotauro.
Cabezas de toros, Museo de las Civilizaciones. Anatolia, Ankara
Más tarde veremos su
continuación en la leyenda de San Jorge y el Dragón, tan presente en la cultura
mediterránea y catalana, o ¿no es San Jorge la reencarnación de un Teseo
vencedor de la bestia y liberador de la princesa, proclamado por todos al
matar al Dragón que exigía la ofrenda
diaria de una bella joven para poder existir la comunidad?
Teseo y el Minotauro
Algunos autores, ven en este
símbolo, el sacrificio humano implícito en la corrida, la explicación a la
aceptación tan rápida de elementos inexistentes en la América precolombina como
era el toro, o la propia fiesta de toros, que acogieron como suya los indios
del nuevo mundo, desde la rivera maya a las altiplanicies andinas.
Los sacrificios humanos habituales en la
cultura de estos pueblos, recriminados por la Iglesia, confluyen en los inicios
de los tiempos con el ritual que simboliza nuestra corrida de toros. Claro
está, evolucionada, como evoluciona nuestra sociedad, pero podemos afirmar que
presenciar una corrida de toros, es un viaje antropológico en la evolución del
hombre.
Detente Abrahám. La Iglesia siempre ha estado en contra de los sacrificios humanos, usuales en la antigüedad
Con la ayuda de la cultura y la
evolución de los principios sociales, y con un papel muy destacado y
condenatorio siempre de la iglesia, estos sacrificios y estas simbologías han
desaparecido completamente de la sociedad y, de la corrida de toros, pero
siempre quedan rastros, y desgraciadamente, la muerte del hombre existe en el
rito, pero no tiene esta simbología, nunca mejor dicho gracias a Dios.
Como nos expresa el profesor Pitt-Rivers, la
sociedades modernas y científicas, urbanas,
-diríamos hoy- totalmente racionales, no quieren oír hablar de ritos, y
menos de sacrificios, los identificarán
con sociedades arcaicas; pero ello nunca despejará el sentido trascendental,
profundo e inesperados que pueden tener
nuestros actos. Muchas veces desconcertantes.
A ese desconcierto, totalmente inesperado, lo llamamos factor humano
Tylor, promotor de la organización científica
del trabajo, también pensaba así, la magia dejará sitio a la razón, el ritual a
la moral y el caos a la disciplina y el orden; pero no siempre ocurre de esta
manera.
Delirio rojo. Obra de Marissa Martínez
No todas nuestras expresiones
pueden definirse en un orden científico. Muchas veces el arte, expresión humana
y del conocimiento por excelencia, se escapa a esta simplificación. Le
preguntaban a un matador que significaba su arte y este contestó que -si lo
pudiera explicar con palabras iba a ponerse pronto delante de un toro-
Los símbolos
son siempre polisémicos, existen muchas más acepciones a la inmolación del
toro, como son los toros votivos, nupciales,
los ritos de iniciación o la importancia y simbiosis de este en el arte
de la guerra, pero eso podrá ser otro día.