domingo, 28 de abril de 2013

Movimientos de un Muletazo II

Movimientos de un Muletazo II:
El Juego de Piernas.
Por Fernnando Cámara



Un regalo del Maestro. Tanto sus explicaciones como el video final.


El Maestro Fernando Cámara, Director Artístico de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga y Director Técnico de nuestra Asociación nos vuelve a ilustrar con la entrega prometida: el toreo sobre los pies. En este caso el juego de piernas.
Esperamos desde la Asociación que dicha ilustración se refleje en el hacer práctico razón de ser del toreo y de esta Asociación. Así que no lo duden, pónganse en marcha, el toreo de salón es el primer paso y un gran reto en sí mismo.

El hombre siente la necesidad de alimentar además de su cuerpo, su espíritu. Necesita reafirmarse ante el toro o ante cualquier reto que suponga una dificultad al límite de la capacidad humana.

En los últimos años el toreo ha experimentado una importante evolución en el sentido técnico. Se ha ido incorporando matices a los movimientos básicos del toreo. Matices principalmente, en los que respecta a los giros de muñeca.

 En el inicio del pase, al embarcar la embestida del toro, se ha incorporado un sutil giro que permite templar la embestida, además de cubrir la fisonomía del torero por medio de la panza, es decir, se presenta la muleta colocada de forma precisa para que la panza tape al torero, pero preparada para descubrirse en el momento justo en el que se embarca la embestida del toro.

De esta forma, se cita al toro con el toque prácticamente con la panza más adelantada a la cara para después pasarlo sutilmente a los vuelos de la muleta, una vez embarcado en la muleta se debe correr la mano hasta el remate según el recorrido que este efectúe.

 Estos movimientos que hasta hace poco tiempo se ejecutaban de forma más rudimentaria o simplificada, ahora se realiza con mucha más precisión y más ritmo. Hasta ahora sólo hemos hecho referencia al inicio del muletazo, sin embargo, no sólo se ha ganado actualmente en ritmo, cadencia y precisión, sino que a esto hay que agregar un movimiento de piernas muy exacto. Movimiento que nos ocupa en este comentario. 

Nada de lo que hemos expuesto tendría sentido si no está acompañado de un perfecto juego de piernas. Hasta hace poco tiempo los movimientos de piernas no estaban definidos, ni se practicaban de forma estudiada. Yo siempre recuerdo, en este sentido, que para definir positivamente a un torero se decía: que bien anda!! O sea, se apreciaba, pero no se valoraba como practicarlo, por lo que los toreros lo encontraban de forma natural con los demás movimientos al practicar el toreo de salón. Así se llegaban a unos pasos acompasados, de tal forma que cuando se observaba alguna falta de de coordinación de ellos en un torero, la lidia se transforma en algo rudimentario y fácil de detectar negativamente desde los tendidos.

 Por este motivo los toreros actuales valoran mucho los pasos que se ponen en práctica durante la lidia. Por otra parte, no aparece la lidia si no se incorpora un adecuado juego de piernas. Por tanto, la labor de un torero en los últimos tiempos, se está convirtiendo en una labor mucho más estética y plástica que épica, cuya práctica requiere un exhaustivo estudio, habiéndose convertido por su evolución en casi una ciencia.Es por esto que el juego de piernas genera una danza en la que es necesario poner en práctica unos pasos muy definidos.

En primer lugar mencionamos aquellos que llevan al torero desde la distancia hasta los terrenos del toro y quedar cruzado al pitón contrario. Este movimiento debe de ser postural, de pecho sacado, riñones metidos en actitud desafiante y sobretodo con grandes connotaciones de elegancia. El público debe sentir una sensación de dominio a la vez que es sugestionado por la imagen propia del torero. Imaginen esos pasos a los que me refiero como los de un bailaor o los de un bailarín de danza, adaptados al toreo, pues bien, es así como el público lo aprecia.

Una vez colocados para el embroque el peso del cuerpo recae sobre el pie más cercana al toro, de esta forma nos permite llegar con la muleta hasta la cara,
avanzando las caderas mientras que el pie de atrás está posicionado para trazar la trayectoria que debe seguir el toro. En este momento es cuando la muleta permanece plana y el toro no puede ver al torero.
Los dos pies deben estar paralelos a la trayectoria que el torero debe imprimir al pase. Sólo en el primer muletazo es cuando normalmente se carga un poco la suerte, con el fin de desplazar al toro un poco hacia fuera. 

Cuando mete la cabeza en la muleta es cuando se comienza a pasar el peso de la pierna más adelantada a la de atrás, la cual es la que realmente carga la suerte en el sentido literal de la expresión, ya que es la que recibe el peso del cuerpo durante la mayor parte del muletazo.
Una vez acabado el pase tanto el giro de muñeca para rematar, como el juego de piernas intervienen para quedar colocado en la posición precisa para el siguiente pase.
En este momento es realmente importante jugar las piernas adecuadamente.Estamos al final del muletazo con la muñeca abierta para sacar al toro de la muleta, pero a su vez, para no dejar que se desplace demasiado. A continuación hay que quedar colocado en línea ante la cara y a la distancia precisa.
Ahora es cuando el pie que no mantiene el peso, o sea, el izquierdo, si se torea con la derecha o el derecho si se torea con la izquierda, ejecuta un giro rotatorio en el sentido del muletazo, trasladándose a su vez lo más posible hacía el pitón contrario.
Esto debe hacerse casi al mismo tiempo que el remate de muñeca y seguidamente el pie que se mantiene más cerca de la cara del toro se traslada atrás,
alejándose de la cara y posicionando los dos pies en línea con el toro de nuevo. En la mayoría de las ocasiones, los toros exigen perder varios pasos a continuación del giro del torero para despegarse del toro y dar la distancia apropiada.