jueves, 3 de enero de 2013

LA MEDALLA DE LAS BELLAS ARTES EN VALOR


La Medalla de las Bellas Artes en Valor
Por Paco Gallardo



Desde la Asociación de Aficionados Prácticos de Málaga nos congratulamos de que se otorgue, dicha distinción, a un torero tan cabal como valiente. En este caso como dijo el poeta es el pecho el que da lustro al traje y no el traje al pecho.

Diego Valor, con una estadística pareja en  cantidad con la calidad, en 30 corridas en las Ventas, corta 30 orejas, en Sevilla con 38 actuaciones 24 orejas y un rabo. Rivalizará con una verdadera pléyade de monstruos del toreo.



 Su sangre derramada una y otra vez, revaloriza la profesión de Torero, demostrando que cuando se le da las ventajas al toro este coge, pero también demostrando que es el camino de la emoción, de la autenticidad de la fiesta.

Emoción que sentimos los Aficionados Prácticos al verse considerada su hombría y su vergüenza torera, valores que escasean, no en el actual escalafón sino en el emporio taurino actual.

Tan cabal fue  su trayectoria que cuando dijo adiós no volvió a vestirse de torero, caso tan insólito como su determinación de triunfo delante de la cara del toro, su voluntad de vencer siempre necesaria y ahora en estos tiempos casi el único asidero que nos queda  a los que lidiamos otros toros. 

Batalló siempre en quites, garbo y pundonor, “El Espartero de los sesenta” lo bautizará el crítico Vicente Zabala.



La famosa faena a “Escobero” de Miura, en Sevilla, brindada a Juan Belmonte, ¡que tiempos! a pesar de los cuatro pinchazos le llevaron las dos orejas a la enfermería, afición que se entrega a este gigante de corazón.

“El pantalón del monosabio” titula su crónica de presentación en Las Ventas Diaz Cañabate. Diego Valor asustó al miedo. Llegará a esgrimir en nueve temporadas diecisiete cornadas, todas toreando, todas desde la emoción de la entrega y del valor, es evidente que entonces la gente iba a la plaza a ver a un torero, no a un famoso que se vestía de ello. En este caso, aunque tarde, se ha hecho justicia.

Viva Diego Puerta