domingo, 28 de febrero de 2016

Una Burla Vengativa


Una Burla Vengativa

Por Paco Gallardo


El toreo como reflejo de la autonomía de la voluntad individual se concilia y se contradice constantemente en sus innumerables paradojas, una más de ellas es el vestido de torear.
 
Existen matadores que se atreven a quejarse del toro, como si este tuviera que obedecer a una disposición completa de entrega, como si su rol no fuera coger hasta matar. Pero de lo que ningún matador se queja, al menos públicamente, es de su indumentaria que por un lado es fría en invierno, calurosa en verano, y completamente incómoda y pesada todo el año.
El torero se siente torero e íntegro cuando se viste de torero, sin el “chisperreante” se es menos torero.
Vestirse de torero es un acto reverencial, mezcla de sacerdote y guerrero, entre uniforme y toga, pero sus orígenes fueron menos formales.
El vestido de torear es una ironía contra el poder y un guiño al pueblo llano, al que se le brinda la oportunidad de vestir colores y metales prohibidos, no sólo por su inalcanzable valor, prohibido por Decreto Real.
 
Torero. Miguel Macaya
 
 Además alcanzar justa fama y gloría, vedada incluso en la no tan noble y justa guerra donde las armas y los momentos del combate no serán los mismos para todos.
En 1700 tras morir Carlos II, El Hechizado, sin descendencia y tras una larga guerra es ocupado el trono español por Felipe V. Un monarca absolutista moldeado por las ideas y las formas centralistas galas, es, no menos que sobrino del rey Sol. Eliminará las Cortes de Aragón, Valencia y Cataluña,  el nuevo monarca y su corte afrancesada impone prohibiciones taurinas, incluidas las de alancear toros, las sustituirá por cacerías.
No con pocas revueltas se van afianzando normas que buscan, en lo que llamarán el siglo de las luces, una europeización que para el pueblo llano son normas extranjerizantes impuesta por el Despotismo Ilustrado.
Brindis del Espada. Fortuny
Tras alejar a la nobleza de los ejercicios caballerescos con reses bravas en las Reales Maestranza de Caballería, será el pueblo llano desde su arraigada afición quien seguirá practicando a pie las diferentes suertes
 
Cuando Felipe de Anjou llegó de Francia para reinar, sus exigencias extranjerizantes provocaron reacciones encontradas.
 
¿A que se debe el apasionamiento de las masas, el frenesí de los taurinos?
 
Corrida de Toros. Goya
El toreo a pie se practicará a pesar de las prohibiciones, experimentará una verdadera evolución en su popular rebeldía contra las restricciones y contra el afrancesamiento reivindicando sus señas de identidad.
Giro social que se manifiesta en otras expresiones populares y tremendamente enraizadas, tanto en el folclore, como en juegos populares, muchas de ellas serán  representadas posteriormente por Goya, aquel que firmará como "Paco el de los toros".
La Ilustración alumbrarán nuevas ideas a la nuevas "Luces del Siglo" pero el pueblo se aglutinará frente a la imposición extranjerizantes que lo excluye y abrazará como propio las simbiosis taurino-festivo-religiosa entre las características más representativas españolas en el afianzamiento de las señas de identidad.
Será el pueblo llano, el que remplazará a la nobleza en el ruedo, matarifes o fragüeros, son muchos lo que se disponen a merecer los honores antes reservados  a la nobleza, se abre una vía de ascenso social.
 
El enfrentamiento entre ilustrados y nacionalista también recorrieron el espacio de las corridas de toros.
Estos primeros Matadores, en simbiosis con el pueblo a pesar del amalgama de nacionalidades que lo integra, les une un temperamento común y unas señas de identidad propias que siempre ha elegido el camino contrario al que le han impuesto. Se reafirman en la identificación de sus raíces  españolas frente a las tendencias foráneas de sus dirigentes.
Posturas, gestos, rabias contenidas, virilidad,  hombría,  pundonor, orgullo, arrogancia, virtudes antes nunca adjetivadas a los siervos, las clases más bajas, son ahora propiedad de un nuevo héroe: El Matador.
Los primeros matadores a pie, a la hora de vestirse, promueven la creación de una indumentaria desafiante y provocativa, no solo ante el toro.
 
 Cuadrilla de Mazzantini, Lagartijo y Frascuelo
 
El nacimiento del traje de luces simbóliza uno de los muchos cambios sociales del siglo XVIII. Pasa la corrida de toros del significado: de ejercicio cortesano a caballo, a espectáculo popular a pie y se acepta una reprodución burlona de los atuendos utilizados por la élite.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



miércoles, 3 de febrero de 2016

La Aficion de Charles Chaplin

LA AFICION DE CHARLES CHAPLIN

Por Paco Gallardo

   La imaginación es más importante que el conocimiento, nos afirmaba el sesudo Albert Einstein, pero quien lo llevó a la práctica en toda su extensión fue el genial Charlie Chaplin
 
    Cuando descubrió la Fiesta de los Toros afirmó categóricamente: Es el espectáculo más grandioso que he visto en mi vida.
 
Chaplin, segundo por la izquierdo, en un tentadero

 
     Corría la temporada de 1931 y tras una corrida donde hubo pasión, competencia, y la torería de Lalanda, Villalta y Barrera; y por supuesto la presencia del Toro, fue lo que motivó, sin duda, que la sensibilidad de este genio inmortal quedara para siempre impregnada de lo taurino.
 
Pablo de Celis, creador del Bombero Torero

 
    Paradojas de la vida, quiso que las Charlotadas, inspiradas en la parodia que ya protagonizó Chaplin en su particular Carmen en 1915 estuvieran presente en los ruedos de iberia, sur de Francia, norte de África y parte de América, mucho antes que su afición se mostrara, siendo este toreo bufo germen y desarrollo de la mayoría de las suerte del toreo moderno.
 
Montoliu Padre, Piquero de Pedrés con los componentes del Bombero Torero
 

 
Volverá Chaplin como aficionado a nuestra patria y en la temporada de 1952 presenciará más de setenta corridas, incluso rebosado de afición asistirá a tentaderos.
 
Aquella de San Sebastián fue su primera corrida, afirmaba que verá muchas más siempre que pueda.

 
-"No he visto espectáculo más bello ni más emocionante en el mundo"-
Charles Chaplin