jueves, 21 de noviembre de 2013

¡Silverio no te rajes!


¡Silverio no te rajes!

Por Paco Gallardo


Es el grito de sus paisanos a quien confesado y recién testado ante notario, rompe el paseo con el Monstruo de Córdoba. Una forma de vivir,  sentir y hacer el toreo de quien, por supuesto, no se rajó.
Nombrado Faraón de Texcoco, quien enjuto de hambres pasadas, siempre aspiró al toreo lento y majestuoso de manos bajas, desmallado, rítmico de caricias en los toques y firmeza de plantas;  naturalidad y  honestidad en el triunfo y en el fracaso. Como humano que aspira al elixir de los Dioses: inconstante.
 La muerte y agonía de su hermano Carmelo por las astas de aquel fiero Michín, le hace ante la tortuosa repatriación del cadáver: ser Torero.  Cuatro de sus hermanos murieron antes de los doce años, fatigas y miserias para quien arriesgando lo más valioso muere con más de noventa años, -paradojas de la vida-
La verónica del Compadre
 
Anunciado junto a Manolete en la plaza carabanchelera de Tetuán de Las Victorias, el destino le tenía preparado escribir a ambos las mayores páginas de gloria de la Edad de Oro del Toreo Mexicano. España se lo perdió, unos dicen que, por reparo del propio Silverio al ver como andaba el Monstruo; otros, a la astucia  y suspicacia del apoderado de Manolete, Camará, que ya lo tenía emparejado con Arruza y evitaba el desgaste y cornadas que llegaron en México.  Sea por lo que fuera, es en el país azteca, donde, como si se fuera la guerra, se convulsiona, se paraliza y Silverio le planta cara nada más ni nada menos que a uno de los más grandes de la historia. Ese día comprendió una de las enseñanzas más complejas que tiene el Toreo, la Guerra y la Vida, que ir dispuesto a morir es la forma más segura de regresar con el triunfo y poder decir al final de tu camino que has toreado, has triunfado y has vivido.
Nunca habló mal de ningún torero, sólo por el hecho de ponerse delante manifestó el máximo respeto. Aficionado también a las rancheras, existe una grabación a dúo con Manolete cantando “La feria de las flores” ese Manolete, su amigo vital y  entusiasta que aquí no nos dejaron ver, entre sus estrofas, una, y la llevaron a cabo en el ruedo de la competencia para la grandeza de la fiesta más bella.
…Aquí vine porque vine
A la feria de las flores
No hay cerro que se me empine
Ni cuaco que se me atore…
 
Torero fino, desmayado, chicuelinas de mano bajas, como es el toreo, y un trincherazo majestuoso que todavía no ha terminado, prueba de ello es el bronce que forma con el inmortal Tanguito, hasta ocho vueltas de pasión, de júbilo, de desenfreno del toreo mexicano. Subyugó a públicos e influenció en Toreros, dramatismo y hondura, desigualdad y emoción; fue esencia y sabor de una forma de sentir y de vivir.
 
esencia y sabor de una forma de sentir y vivir
 
Primer rabo en la México ante las barbas de Manolete que tampoco estuvo manco esa tarde, languidez de su verónica, fantasía en el capote, poder con la derecha y el trincherazo del que le bautizaron Monarca.
 Diamante del Redondel,
Carmelo que está en el cielo se asoma a verte torear, Monarca del Trincherazo
 Torerazo azteca y español

 
 El Tormento de las Mujeres, motivo de pasodobles y canciones, esculturas y poesía,  nos recuerda que la vida sin pasión no es la misma. Llegó a torear en Cuba, confirmó a los grandes que pasaron por México como el Litri de los cincuenta y al todo poderoso Ordóñez; y se retiró, para que no quedaran dudas regaló todos los ternos. Esa tarde su último toro, no fue del hierro anunciado; “Malagueño” al que cuajó, a pesar de los pesares, era de San Diego de los Padres, la misma ganadería que aquel ya lejano “Michín”, el que lo inició todo. Se cerró el círculo, pero siempre nos quedará una forma de sentir y de vivir el Toreo. De Vivir.
 


domingo, 10 de noviembre de 2013

Tentadero en Tapatana

Tentadero en Tapatana, Una de  Núñez
Por Paco Gallardo
fotos Paco Farfán
 
En esta finca emblemática que hoy ostenta el corazón de lo Núñez, Tapatana disfrutamos los Aficionados Prácticos de Málaga y los amigos que quisieron acompañarnos de una estupenda mañana con sabor a Toro. Atrás quedó la finca matriz de Los Derramaderos, donde arranca la que será eterna historia de este encaste tan singular y especial: El Toro de Núñez.
 
parte de la camada de añojos
 
Con tres procedencias diferentes, Rincón, Mora-Figueroa y Villamarta, esta sangre tan especial es mucho más que sólo esto. Aglutina caracteres del toro Vázqueño y especialmente lo mejor de Vistahermosa, con aportaciones de Saltillo que lo hacen tan especial. Especial para las buenos toreros, como el toro de Saltillo, esta aproximación le lleva por la amalgama que es muy concretamente Villamarta.
 
 
Abantos y sueltos de salida, irán siempre a más y hacen que los tentaderos pudieran ser eternos como surtidores de embestidas templadas y profundas. Muy definido y concreto, soñado para que exista el toreo. Nos encontramos con cuatro vacas que hicieron las delicias que los que, ese día tuvimos la suerte de estar ante la nobleza de sus rítmicas arrancadas.
 
 
Finas de cabos, muy bajitas, tuvieron mucho de rincón, y nos dieron mucho sitio y mucho tiempo para estar delante de la cara de ellas, todas humillaron y tuvieron recorrido, pedían que las mandaran y especialmente colocación y ningún tirón. Eso es lo que intentamos algunos. Otros lo consiguieron.

 

 
Ente los amigos que nos acompañaron estuvo Paco Farfán un avezado paracaidista que sabe lo que es controlar el instinto y templarse, lo ha demostrado en su más 3000 saltos por todo el mundo, algunos con connotaciones muy particulares, yo creo que no tardaremos en verlo con la muleta en la mano. Lo mismo le pasa a José Carlos, alumno de 4 de la ESO que manifestó interés por la fiesta y que hubo que explicarle que más adelante se pondrá el también, todos disfrutamos de la Torería que reinó en la mañana y de la amistad. No conseguí fotos de Antonio San Miguel, siempre tan valiente y dispuesto a colaborar en todo, Antonio de Cádiz, que nos deja siempre el regusto del toreo añejo y templado, José Ramón que a su acrisolada elegancia le está uniendo una agilidad de piernas y reflejos propios de la juventud que está disfrutando delante de la cara del toro y de Marcos que el día que diga aquí esta el tío romperá el cuadro.
 
 
 
 
Como siempre las ausencias fueron sentidas y nos acordamos de todos, especialmente del Maestro, que con compromisos ineludibles se le echó mucho en falta, a pesar de los esfuerzos y de los consejos de José Luis, que asumió el papel de veterano y director de lidia y no dejó de asesorar a sus compañeros, así como de los quites y de la maestría del novillero de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga Adolfo Ramos.
 
Agradecemos al ganadero toda su hospitalidad y en especial la clase de sus vacas, le deseamos suerte en su convencimiento de criar el toro que siente, el que hace sentir el toreo.
 

 Bartolomé
 Bonachera
 Cándido
 Francis
 José Luis
Paco Gallardo
Fernando de Huelva