sábado, 26 de enero de 2013

El Toreo por Montera

El toreo por montera
Por Paco Gallardo


La fiesta es un homenaje al ser humano: a su cultura, a su inteligencia, a su valor, a su arte…

El toreo cuya técnica es en la mayoría de los casos, contraria a los instintos ancestrales de conservación que imperan en la naturaleza y nosotros no somos ajenos, es un constante ejercicio de inteligencia, de imposición de la razón y sobre todo una cura constante de humildad; para todos, toreros, ganaderos y aficionados.

Corrida de Toros. Pablo Ruiz Picasso 

Aplaudo que nuestra existencia, la propia  vida exceda a los intentos razonales de ser  encuadrada, los sicólogos se inventarán el concepto “factor humano” como recurso, en muchos atolladeros. En el toreo, ese factor no solo es humano, por ello,  a toda acción ante el toro, la llamamos suerte, por muy perfecto que tengamos la técnica y el conocimiento, siempre la necesitaremos, todas las actividades de los humanos necesitan de la suerte, pero ninguna tan azarosa como el toreo.

Escena Taurina. Pablo Ruiz Picasso 

Por encima de la propia supervivencia material se impone la idea, la razón, el convencimiento que estamos por encima de la mera materia, en el toreo se da ese maridaje como en ningún sitio y de primera mano: la coincidencia de inteligencia  y naturaleza en muchos casos, muchas tardes nos hace hablar de arte, de alma y de inspiración.
El toreo por montera. El genial malagueño

 "La Fiesta es una metáfora de la condición humana y además está llena de amor a la belleza y al propio animal bravo que es el toro, que no existiría si no existiera este espectáculo"
Mario Vargas Llosa

Superar constantemente instintos ancestrales de conservación  como huida o parálisis, agresividad, ajena y propia en legítima defensa, o brusquedad como exagerada respuesta, sobreponerse a la destrucción y a la muerte; y con ello, con la energía creada desde la emoción imponer valores trascendentales, valores eternos de la humanidad como la libertad personal, creatividad,  belleza y amor.

Bravura y toreo, no existen por separado 

 Responder con dulzura y suavidad a la agresión, sabedores que se es más grande, más fuerte, desde la razón y desde la inteligencia; que cualquier otra opción aumentará la agresividad y la fiereza, imponer amor a la sinrazón, comprender nuestros miedos, nuestras inseguridades, razonar y aceptar al bruto, al contrario y no odiarlo,  es aceptar nuestras limitaciones y las del enemigo que no lo es. Convertirlo en nuestro colaborador o nuestro imprescindible compañero.

Torero de Alonso Santiago

 Un homenaje al ser humano, a su lucha,  a su arte y a su eternidad; al menos colectivamente, porque los aficionados toreamos en la plaza o salimos toreando de ella las tardes de gloria, así de plena es la identificación con el torero: torea la humanidad. Quiero citar un párrafo de un libro del todo recomendable: “Juan Belmonte, matador de toros” de Chaves Nogales, en el que el “Pasmo” nos dice:

“Se hizo de mi una figura patética en la que cada cual veía su propio patetismo…todos se sentían triunfar en mí, a despecho de sus debilidades.”
Se editó por primera vez en 1935. Hoy es igual de vigente

 Nos identifican a España y especialmente a su historia con la Fiesta, pero quizás olvidamos que la lidia sin templanza no existe, y esta cualidad “sine qua non” es para el matador e incluso para el toro imprescindible al menos si de arte queremos hablar; pero no podemos decir que haya sido muy proclive en lo que de andadura histórica llevamos; temple y serenidad para poder lidiar los problemas que cada día nos traiga. 


Cada día tiene su toro

Dar a cada uno lo que le corresponda, que en ello consiste la virtud,  no en la obcecación y la  inflexibilidad rígida. Así el torero reúne cualidades opuestas, duro con las espuelas, blando con las espigas, “dar a cada uno lo suyo” virtud de equidad, definición de Justicia por los padres del Derecho, pues eso es la lidia. Dar a cada uno lo suyo.


¡Que gran torero en la plaza!
¡Que gran serrano en la sierra!
¡Que blando con las espigas!
¡Que duro con las espuelas!
¡Que tierno con el rocio!

Federico Garcia Lorca a Ignacio Sánchez Mejias


El injusto, y por ende el medroso, el que se sabe pequeño de corazón será al revés, como tantos que conocemos: ¡que duro con los débiles! ¡Que débil con los duros! Justo lo contrario de lo que es la lidia. ¡Viva el toreo!



sábado, 19 de enero de 2013

Una burla vengativa

https://2.bp.blogspot.com/-hHeXFfH1ick/UPrzy6T_XjI/AAAAAAAAAkI/TmjIs4zV9sg/s320/02+Macaya+2005+torero+retocada.JPGUna burla vengativa
Por Paco Gallardo


El toreo como reflejo de la autonomía de la voluntad individual se concilia y se contradice constantemente en sus innumerables paradojas, una más de ellas es el vestido de torear.

Existen matadores que se atreven a quejarse del toro, como si este tuviera que obedecer a una disposición completa de entrega, como si su rol no fuera coger hasta matar. Pero de lo que ningún matador se queja, al menos públicamente, es de su indumentaria que por un lado es fría en invierno, calurosa en verano, y completamente incómoda y pesada todo el año.

El torero se siente torero e integro cuando se viste de torero, sin el “chisperreante” se es menos torero aunque te caigas de un quinto piso y seas Rafael El Gallo.

Vestirse de torero es un acto reverencial, mezcla de sacerdote y guerrero, entre uniforme y toga, pero sus orígenes fueron menos formales.

El vestido de torear es una ironía contra el poder y un guiño al pueblo llano, al que se le brinda la oportunidad de vestir colores y metales prohibidos, no sólo por su inalcanzable valor, prohibido por Decreto Real.

Torero. Miguel Macaya

 Además alcanzar justa fama y gloría, vedada incluso en la no tan noble y justa guerra donde las armas y los momentos del combate no serán los mismos para todos.

En 1700 tras morir Carlos II, El Hechizado, sin descendencia y tras una larga guerra es ocupado el trono español por Felipe V. Un monarca absolutista moldeado por las ideas y las formas centralista galas, es, no menos que sobrino del rey Sol. Eliminará las Cortes de Aragón, Valencia y Cataluña,  el nuevo monarca y su corte afrancesada impone prohibiciones taurinas, incluidas las de alancear toros, las sustituirá por cacerías.

No con pocas revueltas se van afianzando normas que buscan, en lo que llamarán el siglo de las luces, una europeización que para el pueblo llano son normas extranjerizantes impuesta por el Despotismo Ilustrado.

Brindis del Espada. Fortuny

Tras alejar a la nobleza de los ejercicios caballerescos con reses bravas en las Reales Maestranza de Caballería, será el pueblo llano desde su arraigada afición quien seguirá practicando a pie las diferentes suertes

Cuando Felipe de Anjou llegó de Francia para reinar, sus exigencias extranjerizantes provocaron reacciones encontradas.

¿A que se debe el apasionamiento de las masas, el frenesí de los taurinos?

Corrida de Toros. Goya

El toreo a pie se practicará a pesar de las prohibiciones, experimentará una verdadera evolución en su popular rebeldía contra las restricciones y contra el afrancesamiento reivindicando sus señas de identidad.

Giro social que se manifiesta en otras expresiones populares y tremendamente enraizadas, tanto en el folclore, como en juegos populares, muchas de ellas serán  representadas posteriormente por Goya, aquel que firmará como "Paco el de los toros".

Toros en una Aldea. Goya

La Ilustracción alumbrarán nuevas ideas a la nuevas "Luces del Siglo" pero el pueblo se aglutinará frente a la imposición extranjerizantes que lo excluye y abrazará como propio las simbiosis taurino-festivo-religiosa entre las características más representativas españolas en el afianzamiento de las señas de identidad.

Será el pueblo llano, el que remplazará a la nobleza en el ruedo, matarifes o fragüeros, son muchos lo que se disponen a merecer los honores antes reservados  a la nobleza, se abre una vía de ascenso social.

Ídolos futuros o tererillos. Zuloaga

 El enfrentamiento entre ilustrados y nacionalista también recorrieron el espacio de las corridas de toros.

Toreros 1835

Estos primeros Matadores, en simbiosis con el pueblo a pesar del amalgama de nacionalidades que lo integra, les une un temperamento común y unas señas de identidad propias que siempre ha elegido el camino contrario al que le han impuesto. Se reafirman en la identificación de sus raíces  españolas frente a las tendencias foráneas de sus dirigentes.

Posturas, gestos, rabias contenidas, virilidad,  hombría,  pundonor, orgullo, arrogancia, virtudes antes nunca adjetivadas a los siervos, las clases más bajas, son ahora propiedad de un nuevo heroe: El Matador.

Los primeros matadores a pie, a la hora de vestirse, promueven la creación de una indumentaria desafiante y provocativa, no solo ante el toro.

Cuadrilla de Mazzantini, Lagartijo y Frascuelo

El nacimiento del traje de luces simbóliza uno de los muchos cambios sociales del siglo XVIII. Pasa la corrida de toros del significado: de ejercicio cortesano a caballo, a espectáculo popular a pie y se acepta una reprodución burlona de los atuendos utilizados por la élite.

Torero saludando. Manet

El único aliado perpetuo de las corridas de toros ha sido el pueblo español.